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Polemizando

Esto es a oferta y demanda

El noticiero de televisión con su sección de análisis Cuba dice, vino a reforzar verdades que hemos estado reiterando durante años. Es evidente el desorden actual en la comercialización de productos agropecuarios, fortalecido con los experimentos de los últimos años. El pueblo hoy debe pagar más por los productos agrícolas, pero no son los campesinos los más beneficiados, sino la cadena de intermediarios y  vendedores que no creen en lágrimas. Nadie podría demostrar que los experimentos de hoy son superiores a los Mercados Agropecuarios Estatales nacidos con decenas de productos a precios asequibles, aún con sus deficiencias y el incumplimiento de lo legislado para ellos como la posibilidad de la concurrencia directa de los productores. Son tiempos de hablar claro. Si el objetivo principal de este desorden creado era motivar la producción, hay que decir que no se ha cumplido, y si era resolver los problemas económicos de las formas productivas, tampoco se ha cumplido, si era satisfacer las necesidades del pueblo, menos todavía.  En medio de esta incertidumbre se acentúan rumores,  que si los mercados pasarán a comercio interior, que si Acopio  desaparecerá. Hay muchos inventos sobre el tapete, y todo lo que se haga en esta materia debe estar destinado a favorecer al pueblo y a los productores, no a los mercaderes que se enfadan ante los impuestos,  mientras se defienden con desparpajo de sus precios abusivos invocando como irritante  excusa  “esto es a oferta y demanda”.He estudiado algo la experiencia de las cooperativas de gestión y comercialización de productos agrícolas en mercados habaneros, que pudiera ser la estructura ideal siempre que se toparan los precios de los alimentos principales por los Consejos de la Administración. A pesar de que le pueden comprar directamente a los campesinos, en minutos sufrieron una desmesurada elevación de los precios dañando a los consumidores, quienes son los que pagan al final en la práctica todos los impuestos. Si se fijaran precios tope de venta minorista, el productor sabría hasta cuanto puede rebajar su mercancía, que es el que la produce y la suda en el campo.  Ahora empiezan a surgir una especie de astrólogos agropecuarios vaticinando que dentro de un año subirá la producción y los precios bajarán, como si la realidad que hemos vivido no fuera demasiado cruda como para creerles. Es preciso corregir el tiro, y que sea quien compra,  y no el que vende,  quien realmente mande.

No se plantará papa en Villa Clara

Que más pudiera desear que ser portador siempre de las buenas noticias.  Pero las que no agradan también hay que ofrecerlas y explicarlas. El país ha decidido reducir notablemente la siembra de papa y que Villa Clara, con una significativa caída en los rendimientos en la última campaña no plante ni una sola hectárea. Como mismo no escatimé elogios hacia nuestros paperos durante los años que situaron a nuestra provincia en la vanguardia del país, debo decir ahora con franqueza que los que no hicieron bien su trabajo durante las últimas campañas son responsables directos  de que Villa Clara no fuese el último territorio de Cuba en dejar de plantar el  tan apreciado tubérculo. Se torna imposible para el país, siendo consecuentes con la política trazada en los lineamientos del sexto congreso del Partido, mantener gastos millonarios en divisas para la compra en el exterior de la semilla y el costoso paquete tecnológico que demanda,  para obtener después rendimientos verdaderamente ridículos. En el caso de Remedios fueron alarmantes. Los que no cumplieron debieran sentir más aún que los consumidores el amargo sabor que deja en el ambiente saber que ya no disfrutaremos la fiesta de la papa en los mercados agropecuarios estatales a partir de marzo. Podremos consumir lo que el país nos pueda dar. Pero más que lamentarse, hay que tratar de ocupar ese vacío de la manera menos traumática. Y lo digo porque jamás será igual por ejemplo el boniato que la papa. Resulta imprescindible darle un seguimiento especial a las cerca de quinientas hectáreas de los mejores suelos y con modernos sistemas de riego que hasta ahora se plantaban aquí. Hay que tener en cuenta no solo los rendimientos en los cuales ninguna otra vianda podría competir con la papa, sino en primer término, lo más demandado por los consumidores y cuyos precios actuales asfixian. Estoy pensando en primer lugar en la malanga, muy deficitaria, y posiblemente el único par legítimo de la reina de las viandas. Claro que no hablo de solo malanga.  Pero lo que no puede perderse de vista es la necesidad de darle seguimiento a cada máquina, no como en el último año, sino como en aquella etapa luminosa en que el país completo se detenía a admirar, por sus resultados, a los paperos de VC.  

Con el futuro del huevo no se puede jugar

 

“Creo de todo corazón que el socialismo tiene que cuidarse del burocratismo tanto como del imperialismo. No olvidarse de eso, porque es más peligroso, porque es un enemigo clandestino”. Eso lo dijo Fidel el 2 de enero de 1965. Y recuerdo esa idea porque en mi opinión los problemas que presentan la mayoría de los sistemas de pago están relacionados con el burocratismo, con el análisis superficial, con la espera de que la situación sea insostenible para entonces resolverla. Asombra a cualquiera saber que nuestros abnegados avicultores, que no solo sobrecumplen sus planes sino que garantizan todos los días el bendito huevo, benefactor de las capas de menos ingresos, son de los que menos ganan en la agricultura cubana. Apenas 480 pesos es el promedio de salario en Villa Clara. Si al bajo salario se une que al avicultor está prohibido venderle huevos o las gallinas de deshecho, resulta fácil explicar el por qué de la fluctuación laboral en las granjas. Si hoy llegan y mañana solicitan la baja personas tan importantes para el país como los encargados de producir el huevo, es porque andan mal los sistemas de pago y su revisión no debiera demorar tantos años. Lo interesante es que ese huevo que se vende a 1,10 en la red de comercio se lo pagan muy bien, a peso cada uno, a la empresa avícola, pero nada la reporta a sus trabajadores porque todo ese dinero se va en el impuesto de circulación que debe pagar. Hablo de casi un millón de pesos cada 4 o 5 días. O sea para que se entienda, a la empresa le representa muy poco que se lo paguen a peso, y continua siendo de las entidades con mayores problemas financieros. El sistema de pago que se aplica a los avicultores, a la navera que atiende las gallinas, es por cumplimiento de plan, no por el total de huevos producidos. Se parte de un salario de 295 pesos y si es sobrecumplido en más del 20 por ciento el plan estaría mal concebido. Imagine por un instante que la leche fuera por plan y no por litro acopiado. Pudiera ocurrir que alguien produciendo mas gane menos. Solo un burócrata podría defender tal disparate. Si al menos pudieran vender el huevo libremente en el mercado después de cumplir los planes, pero tampoco. Ese es el problema mas grave de la avicultura cubana a juicio de muchos, incluyendo directivos y trabajadores. Ahora que nos adentramos en la etapa de perfeccionamiento del sistema empresarial es preciso resolverlo con agilidad porque con el futuro del huevo de la familia cubana no se puede andar jugando.

De Carola a Esperanza: rindamos honor a la mujer rural

 

Como no voy a conocer los valores de la mujer rural, si desde que nací la he visto transitar por los caminos polvorientos de la vida. Carola puede simbolizarla bien. Tuvo 12 hijos y la suerte de que solo uno quedara varado en el camino sin poder trascender la niñez. Supo de la angustia del hambre y agradecía que el dueño le prestara una vaca al esposo a cambio del ternero convertido en toro cebado. Cuando la vaca dejaba de dar leche debía alimentar de nuevo a su prole con agua y azúcar. Como voy a creerle a los nostálgicos de un pasado inventado. Carola sabía que aquello del bohío no era vida, y si lo era, de todas formas la perdió, joven todavía, porque lo que ella llamaba jaqueca en realidad se trataba de hipertensión arterial, y entonces no había médicos por aquellos campos. Angélica su hija aprendió de la tristeza, que puede educar mas que la alegría, pero ninguna tragedia podía apartarla de su campo. ¡Tanto era su amor a la tierra, a las palmas y a las siembras!. Se hizo técnica en agronomía, y a los secretos a que tuvo acceso su mente ágil, y la paciencia para ver germinar una semilla depositada sobre la tierra fértil, sumó los conocimientos adquiridos. Bien que los pudo aplicar en la Cooperativa, y ella se enorgullece del respeto y el cariño con que la tratan los campesinos. Ya no vive en el bohío de Carola, ni debe cargar el agua en cubos desde el lejano pozo, ni dar paleta a la ropa ennegrecida con la merluza de tabaco sobre la gran piedra que el río serpentea. En su confortable vivienda de hoy ya no hay chismosas ni faroles. Hay de todo y más de lo que vemos en cualquier hogar de la ciudad. Tiene en la sala, Angélica la agrónoma, como le dicen todos, una formidable biblioteca personal donde abundan los libros de botánica y no creo que le falte el instructivo técnico de ningún cultivo. Pero su mayor tesoro es Esperanza, su avispada niña de siete años, la nieta de Carola, que ya monta caballos. Solo deja tranquilos a los cerdos, carneros y gallinas para rebuscar entre los libros, mientras dice a todos que ella será veterinaria. No tengo dudas de que Esperanza seguirá viviendo y aportando en el campo cuando crezca. ¡Que magnífica noticia, porque, nos hace tanta falta la mujer rural!.

Educad a los niños....

 

“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”, dijo un griego ilustre. La familia y la escuela son las manos que moldearán ese diamante sin malicia que no sabe de envidias, celos, dobleces y otros defectos que suelen surgir en la adultez cuando no fue sólido el cimiento fraguado en la niñez. Ya los científicos han demostrado que hay una porción del cerebro que guarda acucioso los recuerdos de la primera etapa de la vida y por eso recordamos mejor pasajes de la infancia que los ocurridos poco tiempo atrás. Por eso alerto sobre algunos hábitos que ante el peligro de generalizarse debieran ponérsele al frente una muralla, como la del poeta, que se abra solo ante los que forman valores y se cierre ante el mal, en ocasiones propagado ingenuamente. Toca a la escuela un peso decisivo. No inyectamos al niño el afán investigativo con espinosas tareas que ponen en jaque hasta a los padres, deseosos de complementar lo aprendido en las clases por sus hijos. No en cada hogar hay una computadora. Cuando tiene acceso termina muchas veces el estudiante, navegando entre enciclopedias cuyos enfoques tienen el tufillo occidental y no todos sabemos descubrir falsedades adornadas. Corta y pega para cumplir tareas, pero lejos de aprender, el alumno se aleja del empeño por forjar mejores adultos cada día. Recuerdo de memoria aquel pedido educativo con que nos recibía cada texto en la escuela: “Este libro en tus manos de estudiante es instrumento de trabajo para construir tu educación. Cuídalo para que sirva también a los compañeros que te siguen”. Me impresionó tanto leer entonces por ejemplo aquel discurso de Martí sobre el vil fusilamiento de los estudiantes de medicina que aún puedo recitar algunas ideas. El apóstol tácitamente me invitaba a indagar sobre el periodista Gonzalo Castañón e imaginar a Federico Capdevila con su espada al aire en viril postura defendiendo a nuestros jóvenes inocentes y con ello aprendí también que la lucha no era contra los españoles sino contra el dominio colonial. En todo ello pensé, cuando una niña en delicado gesto me pidió ayuda para cumplir la tarea que le pusieron de pintar a los 8 estudiantes de medicina, a mí que nací mutilado para las artes plásticas. ¡Como si pintarlos fuera tarea fácil!. ¿Acaso no educa mejor leer la Edad de Oro, o aquel libro titulado “Oros Viejos” con que otro español ilustre como Herminio Almendros logró entusiasmar nuestras pupilas infantiles?.

Cuando el delito sea una enfermedad

“Llegará el día en que el delito sea considerado una enfermedad y se trate en los hospitales”, dijo una vez con su mente cargada de sueños, el extraordinario periodista cubano Guillermo Cabrera, bautizado como el genio por Fidel. Recuerdo por cierto con nostalgia su sección Abre Cartas en el periódico Granma donde lo mismo escribía un custodio que un recluso y finalizaba siempre con su respuesta firme, fraternal y orientadora.  Cada día necesitamos más espacios donde se manifieste el control popular sobre la sociedad, donde la voz del pueblo se escuche directamente lo mismo para reconocer  un buen servicio recibido que para denunciar a un corrupto, una indisciplina, delito o ilegalidad, en ocasiones con el actor de la fechoría infraganti. A eso tenemos que llegar para adecentar la sociedad, que nadie pueda voltear impunemente un carretón de escombros en  plena calle, o romperla a golpe de pico sin asumir su arreglo, o acaparar un producto y revenderlo descaradamente. Y hay que perfeccionar a mi modo de ver los espacios que ya existen para que no funcionen apenas como un gran saco para el desahogo social porque después los responsables de los problemas denunciados muchas veces ni se dan por aludidos,  que es el último rostro de la indolencia. El enfrentamiento masivo a todo lo que deteriora la sociedad es el mejor antibiótico para combatir la desidia y recomponer la decencia, que siempre hará prevalecer los valores sobre el dinero. Injustificados estaríamos ante la historia si permitimos que los nuevos ricos se conviertan en los patrones a seguir porque ante ellos cada puerta se abre aunque su dinero sea el resultado del robo, la extorsión, el lucro o la corrupción de quienes se apropian de lo que el estado puso en su manos para protegerlo. Son tiempos de poner de ejemplo a los incorruptibles, a quienes no se dejan comprar, ni caen en las redes de los que hacen primar el sociolismo sobre el deber. Hablo de esos que por su conducta caen mal, quedan a veces entre dos fuegos y son escrutados con lupas en busca del error que permita el chantaje.  Tengo ejemplos de quienes han hecho denuncias que no han prosperado y el paso de los años ha puesto la razón en su lugar. No hay tiempo que perder si queremos impedir que se conviertan en grandes salideros los pequeños, mellando el entusiasmo y la confianza.

¡Ganado sin tierra!

Quienes escriben las leyes, decretos, resoluciones o directivas que regulan la conducta y la vida de los demás tienen la obligación de hacerlo con mucha seriedad. Por cierto nada se legisla al sol, y no puede culparse al agotamiento de ningún error. Ahora habrá que rectificar gazapos por ejemplo del decreto ley 300 sobre la entrega de tierras por consultarse con la base después de aprobado. Resulta contradictorio que la resolución 492 del ministerio de la agricultura autorice a cualquier persona natural a poseer ganado vacuno aunque no tenga tierras, cuando un médico por ejemplo lo que necesita es leche y no vacas. Pero ocurre que si cualquiera puede poseer padrón, llegas al rebaño de un productor y te puedes encontrar las vacas repartidas afectándose la entrega de leche. No es posible aceptar que crezcan los denominados tenentes de ganando sin tierras cuando desde el 2008 se autorizó entregar tierras para cualquier fin productivo. Hoy están registrados en Villa Clara 3 mil 553 poseedores con mas de 15 mil reses que no tienen tierras. Afortunadamente la propia resolución ofrece en su artículo 8 herramientas para solucionar el problema al obligar a los propietarios a garantizar las condiciones de manejo de los animales, alimentación, bioseguridad, el agua y que no deambulen o pastoreen en áreas tales como franjas de seguridad de carreteras, caminos,  vías férreas, zonas urbanas, instalaciones recreativas, turísticas, deportivas, aeródromos aeropuertos, puertos, polígonos militares y áreas agrícolas ajenas. El principal desliz está cuando dice que en este último caso solo podrán hacerlo si cuentan con la autorización correspondiente. ¿Autorización de quien?. ¿Del dueño de la tierra, de quien la tiene en usufructo?.  ¿Y como podría cumplir entonces con una contratación bien hecha?.  En fin, errores aparte, lo mas importante es dejar claro aquello de ”zapatero a su zapato” Para poseer vacas, alimentarlas y que produzcan leche hay que tener tierras y sembrarle comida. Una provincia que ha entregado más de cien  mil hectáreas de tierras ociosas en los últimos cinco años, cuestionada además reiteradamente por las reses sueltas en vías férreas y carreteras no tiene por qué convivir con esa categoría denominada cándidamente en los informes como “tenentes de ganado sin tierra”.  

Eso es tarea de todos…eso es de nadie…

Pocos están dispuestos a buscarse problemas…. Es una  verdad como templo que inmoviliza el avance de muchas entidades. En lenguaje beisbolero podría decirse que cuando el pitcheo está flojo aparece el jonrón de la indisciplina. Y que nadie piense que el problema es de otro. Que tire la primera piedra quien esté libre de pecado en este aspecto. Hoy lo que más abunda como medidas disciplinarias incluso ante problemas serios son los señalamientos críticos, algunas amonestaciones y las llamadas actas de advertencia, como si hubiera que estar advirtiendo durante años como a niños, “eso no se toca”. Pero he sido testigo de cómo al solicitarlas para verlas,  ya justamente desconfiado el jefe superior,  no aparecen. Tengo que dudar también de que existan porque el pasamano está por todas partes y los que exigen caen mal, y en ocasiones hasta se quedan solos. No se trata de realizar ahora una cacería, si no simplemente exigirnos a todos el cumplimiento del deber, desde el cederista hasta el ministro y los órganos superiores apoyar a los que no temen exigir. La indisciplina y la mentira caminan juntas. Quien se pasa todo el tiempo diciendo que no se preocupen que el va a cumplir cuando  objetivamente ya no puede, nos engaña a todos, pero reduce a una sola la llamada de atención al final de año.  Si determinada empresa es capitalizada con millones de pesos  y pasan los meses y continúa siendo ineficiente y sin producir, es otra cosa lo que hay que capitalizar allí. Si decimos que no puede tener ganado quien no le siembre los alimentos, hay que demostrar con hechos que se está hablando en serio.    

 Cada vez que escucho,  esto es tarea de todos, mi subconsciente responde, eso es tarea de nadie. Hay que ponerle nombre a cada responsable, que debe andar con los reglamentos encima haciéndolos cumplir. La persuasión, ya es evidente, no resuelve la indisciplina. Los denominados buena gente hacen mucho daño, pero afortunadamente hay mucha gente buena, que es exactamente lo contrario caminando por nuestras calles. Ahí está la verdadera reserva para enfrentar los problemas que tenemos y, parafraseando a una viejita que escribió en el Granma, borrar de las personas esa especie de cultura de vivir en la cochambre.   

Vacaciones no, lucha

No me atrevería a llamar vacaciones, ni siquiera descanso, al tiempo de receso laboral, un derecho respetado tanto en el código laboral vigente como en el anteproyecto que ahora mismo discutimos. La vida cotidiana es dura,  deja poco espacio para el ocio y ese tiempo debes aprovecharlo para hacer trámites pospuestos y atender lo abandonado durante meses. Pero el descanso intelectual es como reinstalar la computadora natural que acoge las neuronas para regresar con las pilas cargadas, con la voluntad de aportar más al bien común. Y entusiasma ver el ajetreo constructivo en cada cuadra, imposible durante años, buen síntoma de los cambios que vivimos. Solo falta que la pirámide se invierta y que los que más aportan también puedan construir viviendas confortables. Falta evitar que los escombros se junten con los desechos sólidos que en unas calles se recogen diariamente mientras en otras, demora más el ciclo que el del agua. En la calle hay de todo. Es innegable que el aguacate, ha sido el menos caro en 20 años y que llegando octubre todavía hay tomates en las carretillas, aunque no haya terminado el desorden y en general los precios siguen siendo agobiantes. Pero reconforta que crezcan las voces que comprenden la necesidad y urgencia moral de topar los alimentos fundamentales y el transporte privado. Reconforta también leer en el Granma y escuchar de voces oficiales lo que tanto ha sido reiterado en este propio espacio: las deformaciones de algunos servicios por cuenta propia, las violaciones de la legalidad contempladas incluso en el código penal, que nadie tiene permitido comprar mercancías en un establecimiento del estado para luego especular con ellas.  Claro que duele que no se atajen a tiempo los problemas, que ya muchos compradores y vendedores se hayan acostumbrado a ver lo ilegal como normal, pero es importante comenzar a poner orden.  Cuando vemos en oferta particular artículos deficitarios, incluso piezas de repuesto del programa energético que no encuentras en la red estatal concluimos que está deficitaria la vergüenza en quienes las ofertan y en cada responsable de exigir porque estas cosas no ocurran.      

¿Mercado o Planificación?.

Renueva el optimismo el trascendente discurso de Raúl en el parlamento. Nadie podría argumentar que no sabe lo que le toca hacer. En el afán de hurgar en el fondo de las causas que provocan los problemas me propuse profundizar sobre los efectos de los precios “de oferta y demanda” generalizados a partir del 2007 en la comercialización de productos agropecuarios, en el trabajo final del reciente diplomado cursado. Sintetizo las ideas principales. Los precios “a oferta y demanda” afectan la contratación. Al productor le conviene no contratar, comprar los insumos ilegalmente,  y no verse comprometido a vender sus producciones al estado evitando además ser demandado por incumplimientos.  La fórmula usada para estimular la producción y acopio de los renglones que sustituyen importaciones ha sido aumentar los precios de compra al productor sin que se haya alcanzado el objetivo previsto. Sin embargo no se ha experimentado con la aprobación de un precio máximo de venta de esos productos lo cual podría propiciar su acopio. No son los mecanismos espontáneos del mercado sino la planificación agrícola la que garantizará sembrar y producir en correspondencia con la demanda para que no plante cada cual lo que más dinero le reporte sino lo que necesita el país.  Los precios de oferta y demanda no han estimulado la producción agrícola, que decreció en el 2012 según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. En resumen, ellos entorpecen la planificación agrícola, la contratación incluso de los productos que sustituyen importaciones y propicia el desvío de la producción y la elevación desmesurada de los precios de venta  a la población. En una encuesta realizada a 212 personas en 11 municipios para la realización del trabajo, el 93 por ciento se manifestó a favor de que el estado regule los precios de los principales  productos agrícolas. Las personas encuestadas, las estadísticas oficiales, los campesinos entrevistados, y los expertos consultados, construyen un consenso irrebatible. Por ello reafirmo que el establecimiento de un precio máximo de venta para los principales alimentos y para todo tipo de vendedores evitaría la especulación y el desorden que hoy prevalecen en la comercialización de productos agropecuarios. Resulta evidente que tener en cuenta las tendencias del mercado no significa aceptar o permitir la preponderancia de su esencia salvaje en una actividad vital para el pueblo como el consumo de alimentos.

Planes versus necesidades

Se retuvo en mis oídos la respuesta del campesino  Vicente Quintana de Cifuentes ante mi pregunta sobre la ansiedad reinante con los altos precios de los productos agrícolas: “Hay que sembrar, sembrar y sembrar y después atender, atender y atender”, me dijo enfático y sus palabras llevan el cuño de su admirable finca. Pero hurguemos en algunas cifras. Si en los primeros cinco meses del año se sembraron en Villa Clara más de 33 mil hectáreas de cultivos varios para el 107 por ciento del plan. Si en ese período los planes de producción se cumplieron al 115 por ciento con más de 160 mil toneladas, volumen que no se refleja en los Mercados Estatales, y los precios por todas partes son insoportables, resulta fácil llegar a la conclusión de que esos planes están bien alejados de las necesidades,  y de que la tan polémica demanda,  es verdaderamente una fantasía para usar un adjetivo delicado. Todos los planes con excepción de la papa y el frijol han sido ampliamente superados. ¿Pero que le puede decir a los consumidores que estén sobrecumplidos los planes de malanga y yuca que venden los carretilleros pero se han visto bien poco en los mercados estatales, o que los frutales estén al 160 por ciento?. Los cítricos están al 147 por ciento. Les recuerdo que cítrico es naranja, limón, toronja, lima, mandarina. Un plan bien hecho no debe alejarse mucho del pronóstico, como regla puede incumplirse o superarse ligeramente, pero no llegar al 400 por ciento como el ñame. Ya es previsible el déficit en la entrega de mango a la industria pero no es poco el volumen vendido a oferta y demanda, algo tan ciego y obtuso que ni siquiera se sensibiliza con la compota de los niños.   Se han plantado apenas 4459 hectáreas de yuca, o sea menos de 340 caballerías,  porque hasta las dichosas hectáreas pudieran hacer creer que es mucho pero en Villa Clara se plantaban años atrás entre 700 y 800 caballerías.  Comparto el criterio de que hay que sembrar más y atender mejor los cultivos, pero sin tolerar que se desvíe la producción hacia quienes solo les interesa engrosar sus bolsillos a costa de los ansiosos consumidores.

El lineamiento 173 y los subsidios

El lineamiento 173 aprobado por el sexto congreso del Partido que establece compensar a las personas necesitadas prueba por si solo la esencia justiciera de  nuestro sistema que ha dado la posibilidad real a miles de familias de menos ingresos de construir un hogar decente donde vivir. El dinero para esos subsidios sale del precio muy por encima del costo a que debemos pagar los demás,  los materiales de la construcción ofertados por  el comercio interior. Somos muchos los que contribuimos y a todos nos compete que los Consejos de la Administración  cumplan su parte con exquisitez, no hay espacio para la rapidez y la superficialidad. En la reciente sesión del parlamento se reconocieron violaciones como el otorgamiento de este beneficio a quienes no tienen problemas de vivienda. Esa violación es mucho más grave que demorarse en el otorgamiento y ningún error puede achacarse a falta de capacitación, que no ha faltado. El tema fue objeto de análisis en la última sesión ordinaria de la asamblea provincial del Poder Popular. Un total de 2 mil 665 familias villaclareñas  recibieron dichos subsidios durante el primer semestre por un monto global de 80 millones de pesos. Ahora bien, en el período solo se concluyeron 259 obras, que es a fin de cuentas lo substancial, porque dinero y materiales no llegan juntos. Estos subsidios se otorgan para asegurar lo elemental para vivir, la llamada célula básica habitacional, o sea no son para construir mansiones ni agrandar viviendas.  Es muy importante asegurar la calidad de los expedientes y la profundidad de los análisis para que el subsidio llegue verdaderamente a los más necesitados. Que nadie pueda estar hablando en el barrio que si a fulanito  se lo dieron y recibe remesas todos los meses o Mengana está en peor situación y se lo  dieron a Esperancejo.  Muy importante es la labor del grupo de trabajo para la revisión de los expedientes del Consejo de la Administración Provincial, que debe controlar las prioridades en el otorgamiento. En algunos municipios hubo que revocar acuerdos por no respetar los montos establecidos, y otras irregularidades de carácter técnico por lo cual se adoptaron medidas administrativas con los cuadros implicados. También debe preocupar que la  inmensa mayoría  de los subsidios se otorguen para construir en las ciudades y no en el campo que es donde mas se necesita fijar fuerza de trabajo, por un problema que es subjetivo: la legalidad de las viviendas rurales. Al reflexionar sobre una materia tan sensible como la entrega de subsidios, viene a mi mente una idea de Fidel “Cuando creamos que el trabajo es bueno hay que luchar por hacerlo perfecto”.

El déficit de pensamiento estratégico

Si hay algo deficitario de verdad en la agricultura cubana  en mi opinión es el pensamiento estratégico. Al menos lo que he visto en las dos últimas décadas es correcorre y desgaste de los cuadros que trabajan muchísimo detrás de cada problema, y no se acaban de  analizar con integralidad. El aumento de precios es la “solución”  más fácil y al pasar los años el problema lejos de solucionarse se acrecienta. Recuerdo como el pago en divisa  comenzó  a pagarse por los  vegueros hasta generalizarse en varias ramas incluyendo los que están lejos de sufrir el severo sol de agosto, pero después de esa medida ha habido incluso que importar tabaco. O sea, el dinero no es la vara mágica que lo resuelve todo.  Las causas principales de los problemas de la agricultura hay que buscarlas en la falta de disciplina y exigencia, y en el desorden generalizado de la comercialización que ha desmotivado la producción a favor de vender. El escenario ha cambiado y cuando prevalece el mercado siempre habrá quien pueda darse el lujo de pagar  un precio superior al ofrecido por el estado, por muy justo que sea. ¿Hasta donde vamos a llegar?, es la pregunta recurrente.  Como acaba de plantear el compañero Raúl en el parlamento  se “reafirma a la planificación como instrumento indispensable en la dirección de la economía, sin negar la existencia del mercado”. Entonces no creamos que a la subida del precio de compra del frijol, para nombrar un producto de primera necesidad, seguiría una avalancha de productores listos para entregarlo. “Ustedes verán a que precio se pondrá el frijol” dicen muchos en voz baja, y de paso no cargan la cruz de quienes se buscan problemas, mientras el reportero cumple el deber de alertar en voz alta.  La ley del mercado no ha motivado la producción de ninguno de esos renglones  agrícolas que se ofertan a precios libres. Es la empresa avícola,  estatal y socialista,  sin embargo, a partir de una seria planificación, en primer lugar del pienso que demandan las ponedoras,   la que puede darse el lujo de abarrotar nuestras bodegas con el huevo a un precio inferior al que se vendía poco tiempo atrás.  No sugiero que el frijol es igual, ni que debiera estatizarse su producción. Digo que topar su precio de venta para todo tipo de vendedores, sería más racional que pagarlo más caro al productor para garantizar las simbólicas diez onzas que recibe mensualmente cada consumidor en la bodega, mientras que el mayor volumen habría que seguirlo comprando y pagando a un precio mayor todavía que el de hoy.   

El sálvese quien pueda.

Intuyo que hoy prima cierta conformidad en el país ante los problemas respecto a aquellos años duros de los noventa en que la mente floreció y aparecieron desde los taxis agrandados hasta los superbus. Y esas inventivas surgían de abajo hacia arriba. Ahora uno tiene la impresión de que todo el mundo espera indicaciones olvidándose que el período especial no ha terminado para quienes el salario no alcanza ni para cubrir las necesidades básicas.  A muchos de los que ven crecer diariamente sus fortunas les conviene el “sálvese quien pueda”  cuya secuencia fónica incluso,  me recuerda la frase  ya célebre en nuestras calles. –“Ese no es mi problema, esto es a oferta y demanda”. Leí con alegría sin embargo, en la edición de Granma del martes 23 de julio, la inconformidad de un lector con un artículo publicado, que además de transportista por cuenta propia, es el secretario general de su sección sindical de trabajadores no estatales de Camaguey. Alegría porque muestra la vocación y el compromiso revolucionario de los trabajadores no estatales con el desarrollo económico del país. Alegría por saber que en esa provincia hermana funcionan 221 camiones particulares, 194 de ellos con licencia operativa para el transporte de pasajeros y ninguno ha sido tatuado en sus carrocerías con frases groseras como ocurre en la Habana. Alegría por lo estimulante que resulta que ya estén generando ideas con esa autenticidad que sale por los poros de un trabajador, para el próximo desfile del primero de mayo, todavía distante. Alegría por el orgullo con que habla de su apoyo constante a lo que haga falta incluyendo las evacuaciones por ciclones o intensas lluvias. Me alegró no ver por ninguna parte la palabra dinero. También alegra saber que desde el 2005 el transporte urbano de la ciudad cabecera fue reforzado con 48 camiones particulares que de forma permanente trabajan en las rutas fundamentales conjuntamente con los ómnibus estatales, manteniéndose el precio de un peso hasta la actualidad, o sea durante los últimos 8 años, y que el resto de los 174 camiones con licencia operativa de pasaje trabajan en los servicios intermunicipal, rural y nacional. Mi alegría se convirtió en entusiasmo cuando leí, de puño y letra del compañero transportista privado  “A pesar de pasar a la opción de oferta y demanda, hemos mantenido nuestros precios”.  Son argumentos para pensar y reconocer cuanto es posible hacer. Lo expongo además como un buen ejemplo de trabajo político- ideológico concreto.  

La semilla que germina en La Vitrina.

Con cuanta satisfacción puedo asegurar que la semilla que sembró Israel Aguilar en la UBPC ganadera Desembarco del Granma de Santa Clara, comienza a germinar en La Vitrina. Lo vi con mis ojos en un recorrido por sus vaquerías que instruye más que cien reuniones. Y no hay misterios: se pudiera aprender de memoria: comida, agua, acuartonamiento, rotación del ganado y disciplina acompañada de ganancias. Con el cambio experimentado en apenas un año se demostró la importancia del cuadro centro en la UBPC Batalla de Cafetal González, que pudiera llegar ya al millón de litros en el 2014. Claro que no ha faltado el apoyo de la provincia, y los buldózer han ayudado a convertir el marabú en campos de kingrás. Entusiasma visitar las vaquerías de la Mártires del Escambray que sigue siendo la mejor. En Los Pinos con más de 11 litros por vaca no se muere un ternero desde hace más de tres años. “Donde se mueran es porque hay descuido”, dice Luis Hernández que si sabe de ganadería y espera por estos días que para aquella vaca que el año pasado daba mas de 36 litros diarios.  El administrador de la UBPC me dijo que están comprando novillas para formarlas porque le sobra la comida.  Con 150 vacas más al rendimiento actual podría duplicar la producción y llegar al millón.  La vaquería 31 por ejemplo tiene hoy 98 vacas y asimila 160.  ¿Cómo aceptar que en otros lugares del propio municipio y la provincia se mueran por desnutrición?. Con la legislación vigente se podría perfectamente comprar de manera forzosa todas esas vacas, sean de quien sean, que no tienen asegurada la comida para venderlas a estos ganaderos bien probados. Viene a mi mente la vaca de Emiliano que saltó de tres a seis litros en una semana solo con cambiar de dueño. Este año no podrá contemplarse en calma después de tantas alertas que se le mueran de hambre los animales a quienes no tengan comida para la sequía. No voy a caer en palabras técnicas que he estado escuchando durante décadas, sobre el mejoramiento genético y la necesidad de organizar el flujo zootécnico. Solo digo, que las vacas tienen que estar donde manos amorosas las protejan y alimenten. Lo demás son cuentos que solo servirían para alargar reuniones.    

Con la ley a mano

Cualquier cubano sabe recitar sus derechos, algunos ni siquiera soñados en la mayoría de los países, como la posibilidad de hacerse universitario sin pagar un centavo. Tampoco ignoro que en muchos lugares somos estafados, lo mismo en una unidad estatal, que por un cuentapropista o por delincuentes comunes y has de andar avispado cada segundo para tratar de impedirlo. Digo que debiéramos andar y no es simple metáfora, con una pesa en un bolsillo y la carta magna en el otro. De la constitución cualquier persona conoce  lo estipulado por el artículo 41: todos los ciudadanos cubanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes. Desde niños nos inculcan el principio de igualdad de los seres humanos, pero después la sociedad con sus deformaciones crea desigualdades y no es quien mas aporta, sino que muchas veces los más astutos o los que actúan ilegalmente los que mejor situación económica ostentan. Por eso muchos ansiamos una aceleración del proceso que debe llevar a cumplir lo establecido por el artículo 45 de la carta magna y que se nos pague a cada cual según nuestro trabajo.  La familia tiene por ley responsabilidades y funciones, y no solo de los padres con sus hijos, también de los hijos con sus padres. Crece el deprimente espectáculo de quienes deambulan por las calles, bucean en latones de basura, asedian turistas, e incluso de los que ya ni se inmutan al pasar junto a un ser humano  tendido sobre el suelo. Jamás podremos acostumbrarnos a ver tales hechos como normales y son los hijos de esas personas los primeros irresponsables que están violando su deber expresado claramente en la constitución. Con fuerza similar hay que exigir que se cumpla el artículo 64 que plasma el deber de cada ciudadano de cuidar la propiedad pública y social, acatar la disciplina del trabajo, respetar los derechos de los demás, observar las normas de convivencia socialista y cumplir los deberes civiles y sociales. Tampoco se debe hacer la vista gorda ante el artículo 66 que instituye, como deber inexcusable de todos los ciudadanos, el cumplimiento estricto de la constitución y de las leyes. Esa debe ser la base suprema para ir revirtiendo el deterioro  de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás, sobre los cuales enfatizó el compañero Raúl en su reciente discurso ante el parlamento nacional.               

Fidel presente en Santiago de Cuba

Un sueño nadie puede preverlo o prohibirlo y había acabado de soñar que Fidel estaba allí sentado en el acto de Santiago de Cuba, 60 años después. Lo busqué anhelante en la pantalla del televisor porque las ansias pueden hacer olvidar realidades, pero no solo encontré su imagen calcada sobre la bella escuela que antes fue el Moncada. El milagro se hizo verdad desde el primer minuto.  Digo incluso que Fidel nunca estuvo más presente y mejor acompañado un 26 de julio. Estaba allí su hermano, el Comandante Raúl, como le llamaron con cariño, un grado militar que suena tierno, íntimo, cercano.  Y cuando recordó que Santiago sigue siendo Santiago, me dije y “Raúl sigue siendo Raúl”. Con el mismo coraje de aquel 26 de julio ha emprendido una faena gigantesca por arreglar todo lo que no funcione bien. Y todo lo que se haga será por los humildes, porque sin ellos como cimiento y objetivo de todos los esfuerzos  se arriesgaría el sueño mayor.  Pero lo más impresionante de este 26 de julio fue acreditar que el Moncada marcó por siempre los destinos de América, que fue un grito de rebeldía internacional. Y que seis décadas después enseña como prueba un continente nuevo con lideres que vienen a homenajear a nuestro pueblo, llaman con orgullo padre y faro y le rinden tributo por su grandeza, coraje, inteligencia y liderazgo histórico al estratega universal que comandó aquel día el primer combate. No podía imaginar Fidel entonces que uno de sus hijos espirituales diría ahora junto a los muros del antiguo Moncada, que el hombre saldrá de la prehistoria el día que los cuarteles sean escuelas.  Al escuchar que Cuba es responsable de que América Latina esté de pie, y que,  si es terrorismo enviar médicos a curar o devolver la vista a los enfermos nuestra patria es culpable, crece en nuestros pechos una sana vanidad por no haber dejado caer la espada cuando otros flaquearon. También nos emociona que nos digan que Cuba respeta a sus amigos o nos alerten con fraternal confianza” No dejen que el imperio les cambie la mente con tonterías”. “Nosotros también quisimos tomar el cielo por asalto”, dijo Raúl. Y siento que sí,  que el cielo fue tomado aquel 26 de julio. Porque aquella chispa prendió la esperanza,  y hoy sabemos que todo nuestro pueblo no solo ha sido absuelto, sino que fue elevado a la más alta cima de la historia, por su coraje y perseverancia en la defensa de los principios que harán posible edificar un mundo más humano. 

 

Felicidades Su Majestad CMHW

No hay engreimiento o vanidad en que mi emisora quiera llamarse reina. Al cumplir 80 años la reverenciamos como súbditos a su monarca, apenas como una pequeña recompensa para aliviar el peso de una deuda contraída con ella por tan extenso tiempo. Es que la W ha estado siempre ahí desde el amanecer, aportando, sin fallarnos jamás ni pedir nada a cambio con ese desprendimiento formador. Y hablo desde la perspectiva del oyente porque yo también lo soy, desde niño, cuando me faltaba de todo menos aquel radio grande como un aparador que hurgaba curioso para tratar de descubrir de donde salían tan maravillosas voces.  Desde allí nació mi testarudo amor a la noticia y podía memorizar los nombres de locutores, asesores, operadores, actores  o periodistas. Pasó el tiempo y crucé su puerta señorial una fría mañana de marzo de 1985 con la timidez propia del joven labriego que siempre cree estar recibiendo más de lo que aspira. Quizás por ello también la he disfrutado tanto. Aquellas personas famosas que admiraba de niño se convirtieron en compañeros y amigos y no solo supe que eran también de carne y huesos, sino que me enseñaron a convivir con el talento y la sensibilidad. Desde entonces estaban los micrófonos en ristre junto a la gente común, lo mismo trasmitiendo desde el cañaveral que tocando puertas con su indiscutible autoridad en busca de respuestas. Y la agudeza profesional colectiva crea un ambiente que contagia, obliga a no quedarte atrás, y te lanza a demostrar que también tú puedes. Así ha ocurrido siempre con los jóvenes que llegan. Con cuanto orgullo disfrutamos hoy que el emblema  de nuestra emisora se haya convertido en carta de presentación donde quiera que llegues. Es la obra de todos aquellos que forjaron su historia de 80 años y de quienes impiden hoy con ímpetu renacido que le nazcan arrugas. Yo, que nací algo díscolo  para homenajes y más aún para pleitesías o lisonjas, me arrodillo sin temores ante su majestad, la CMHW,  que me ha dado tanto como la madre que arrulla con cariño al hijo, y juro que estaría dispuesto a todo por complacerla. Después de casi treinta años de trabajo aquí solo me atrevería a pedir que nadie se le ocurra jamás privarme del derecho de amarla.  

Raúl Castro no habló para los demás

Muy mal está quien piense que el compañero Raúl habló en el parlamento para los demás y que podemos resolver los problemas con arengas, consignas o nuevos llamados a la conciencia. Tome cada cual su pedacito, porque considero que nadie salió intacto de sus estremecedoras palabras, lanzadas como un aldabonazo, porque todos sabemos lo que nos jugamos.  Si no hacemos una disección  correcta de su discurso terminaremos como casi siempre con cándidos elogios sin aterrizarlo a las circunstancias que nos agobian cada día por no hacer las cosas bien. Es la hora del plan de acción al mismo tiempo concreto y abarcador sin perder un minuto. Si vemos globalmente los problemas planteados las soluciones nos parecerán un reto imposible. En mi concepto hay que agrupar las que solo haciendo cumplir la ley se vería el cambio de inmediato. Si Raúl habló por ejemplo de los que acaparan y revenden a precios altísimos, permitirlo es una falta de respeto y de vergüenza. Cuando se incumplen los horarios laborales los responsables son los cuadros que no quieren buscarse problemas y tienen nombres y apellidos, cuando una vivienda es ocupada ilegalmente no hay que esperar órdenes superiores para actuar, cuando sabemos que están talando y robando la madera y no actuamos con energía, la indolencia se convierte en complicidad. Sin dejar de actuar sobre los problemas que reclaman persuasión y el trabajo educativo de la escuela y la familia debemos saber diferenciarlos de las burdas violaciones, delitos e ilegalidades, que ocurren por falta de control, previsión y seguimiento, o incluso por blandenguería en el enfrentamiento.  Hay que crear un ambiente de orden y disciplina, de lo contrario ocurre por ejemplo que gracias al empeño de las autoridades se limpia una cuadra completa de la calle Real en Santa Clara convertida en depósito de escombros y a las pocas semanas está de nuevo igual. Evidentemente sería más eficaz ir para allí a discutir con los responsables concretos que reunir por ejemplo a todos los presidentes de CDR en un teatro y hablarles de lo bueno que estuvo el discurso de Raúl.  Pienso que estamos a tiempo todavía. Pero no podemos permitir, para usar las propias palabras de Raúl que se siga abusando de la nobleza de la revolución.

Acerca de la crítica y la autocrítica

Pareciera como si la crítica y la autocrítica, inherentes al perfeccionamiento, estuviesen a la defensiva frente a la presunción y la irritabilidad. No abunda el reconocimiento del error y cuando se hace es apenas perceptible, no deja ni un rasguño. Las evaluaciones laborales son como regla, maravillosas, y por eso cuando llega la hora de la verdad no hay elementos suficientes registrados para evaluar con justeza el desempeño de un trabajador, y comienzan a salir lo que la gente llama trapos sucios. Poner de moda la transparencia es decirnos las verdades de frente y asimilar la crítica que ayuda a construir porque su único objetivo es mejorar la obra común.  A veces usted ve respuestas administrativas en la prensa que atiborran con justificaciones. Alientan los buenos ejemplos, que prueban el ya legendario Si se puede, tan maltratado en la vida cotidiana. Alienta por ejemplo que el Guije compita victorioso con cualquier paladar, o que la UBPC Desembarco del Granma  haya crecido en lo que va de año en mas de cien mil litros de leche, por que no es el sector privado quien resolverá por si solo los problemas del país. ¿Pero valdría la pena tratar de desmentir  que las hamburguesas de ahora ni se parecen a aquellas que debíamos comprar mostrando el carné de identidad  en los años 90?. ¿Nos seguirán dando en un vaso plástico la misma cantidad de mililitros de cerveza dispensada que comenzó a venderse en aquellas jarras del comienzo?.  ¿Se parecen los Mercados agropecuarios estatales de hoy a aquellos que asistí a su inauguración con más de cien productos en venta?.  ¿No es verdad que se reduce el salario real cuando los precios suben?. Guardo en mi archivo la última decisión de disminuir precios de productos agrícolas,  tomada por el Consejo de la Administración  en Villa Clara, el 26 de septiembre del 2006. Precisamente, o quizás casualmente meses después comenzaron a generalizarse en el país esos precios que llaman de oferta y demanda. La crítica no es herida, es análisis y no exceptúa a nadie.  Ante ella solo cabe la evaluación sopesada y con integralidad con el fin de mejorarlo todo.