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Polemizando

No serán “a oferta y demanda” los baños públicos

No pasa inadvertida la reciente resolución del Ministerio de economía y planificación que legaliza el alquiler de los baños públicos y el encargado será uno mas de las casi 200 categorías aprobadas para el trabajo por cuenta propia. Resulta lógico como parte de la política del estado de despojarse de lo que no es esencial. La resolución es muy noble con esa figura, de manera que una persona por cuidar un baño de gran afluencia de público,  podría ganar más de quinientos  pesos diarios. Los gobiernos municipales trabajarán de conjunto con los encargados actuales de los baños para estudiar la actividad de cada sitio y  establecer las ganancias potenciales. Para ello habrá que estudiar el número de personas que utiliza cada baño y el dinero recolectado. La categoría mínima corresponderá a los baños que recauden menos de 69 pesos diarios, o sea, algo así como tres veces lo devengado hoy por un médico. Los pagos del primer año serán sobreseídos “como un estimulo para garantizar el mantenimiento, la restauración e higienización del baño”, de acuerdo con el reglamento. Si deberán pagar el agua y la electricidad que usen y garantizar la “calidad, higiene y buen servicio al cliente”. La resolución insta a los gobiernos municipales a dar preferencia a aquellas personas que trabajan actualmente como encargados de baños, una decisión muy sabia porque puedo imaginar cuantos profesionales incluso optarían por esa plaza, mientras esperan  a que la pirámide se invierta. ¡Es verdad que choca, no solo moralmente sino con el espíritu de lo que el país necesita y que fue refrendado por el sexto congreso del Partido, que alguien cuidando baños pueda ganar más que produciendo!.  

Lo más interesante de esta legislación a mi juicio es que rompe con la impopular y despiadada “oferta y demanda”, al establecer el precio fijo de un peso por usar el baño y solo se aplicará cuando el cliente utilice “perfumes, talco, cosméticos, jabón o duchas. Quienes disfrutamos gratuitamente, por un medio o 20 centavos como máximo el servicio de los baños públicos, claro que nos resulta caro pagar un peso solo por descargar la vejiga. Ello se habría resuelto apenas con que la resolución estableciera el tope y facultara para establecer la tarifa a los consejos de la administración municipales, más cercanos del problema que las oficinas ministeriales. De todas formas, realmente consuela saber que nadie podrá pedirle más de un peso a una persona que esté apurada. Y alegra más todavía conocer que llegaron los precios topados para los baños públicos. Ese es un magnífico paso previo a la regulación de los precios de los alimentos principales,  porque,  para tener necesidad de  usar los baños,  primero hay que alimentarse.

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