Desatención al hombre y a la mujer
Pareciera como si la frase acuñada durante años sobre la denominada atención al hombre se hubiese resentido de la crítica feminista por no incluir a las mujeres en su construcción léxical. Porque lo cierto es que ya pocos hablan de algo tan importante. Y no olvido que la mejor atención es el ingreso monetario, pero preocuparse integralmente por los seres humanos que derriten el cobre para que el país avance, tiene que estar en el pensamiento de cada administración y del movimiento sindical cuya labor sería inocua o insustancial si no tiene en el centro de su labor la preocupación por atender a los trabajadores, que es la manera mas explícita de representar sus intereses. Expongo un ejemplo que sirve como espejo. En la UBPC Desembarco del Granma de Santa Clara, además de los extraordinarios ingresos mensuales que allí promedian, se estimula monetariamente al mejor colectivo y trabajador todos los meses y participan en las noches cubanas con sus familiares de forma gratuita. Pero además de venderle los productos para el autoconsumo a precio de costo, ayudan a los trabajadores enfermos o con problemas familiares críticos. El trabajador participa además en las decisiones fundamentales de la cooperativa a través de su asamblea general y recibe capacitación mensual. Pueden imaginar que da gusto visitar su cocina y comedor. Aprovecho para decir que el comedor es como el rostro más claro de la atención al hombre. Muchos de los que lograron sobrevivir a las mentes tecnocráticas que insistían en cerrarlos, son ejemplos o modelos. Al de la empresa Valle del Yabú usted puede ir sin avisar y siempre encontrará no menos de 6 platos excelentemente cocidos. Otros dan vergüenza y cobran cerca de dos pesos por cuatros platos. ¡Claro que no se puede tener pérdidas en comedores!. Pero hay muchas vías de buscar ingresos y nadie ha dicho que debe lograrse su rentabilidad a costa del extenuado bolsillo de los trabajadores. Tampoco es fácil encontrar hoy quien vele por el gramaje de los platos, lo mismo te pueden dar una lasca ridícula de boniato que la ración disminuida de arroz, para no hablar de los llamados platos fuertes, que se ahorran al máximo en muchos lugares para que las jabas no se vayan vacías al final del día. Sugiero, a quien pretenda perder tiempo en tratar de desmentir al periodista, usar las energías en tratar de convencer a los miles de trabajadores que sufren diariamente lo que aquí suscribo. O mejor dicho, en mirarse por dentro y luchar por evitar tanta desatención al hombre.
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