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Polemizando

De los grandes planes al Café popular.

No pienso a engañar a nadie diciendo que es prometedor el futuro de la producción cafetalera, porque en las montañas de Cuba siguen faltando brazos dispuestos a producir el grano, sobre cuyas causas podríamos tratar de profundizar en otro momento. Y ese paquete de café de la cuota normada está satánico. Llevo años diciendo que todo el que posea un pedazo de tierra debiera sembrar al menos el que necesita para su autoconsumo, y conozco a muchos que lo han logrado.  Acaba de comenzar la cosecha, en unas provincias con mejores pronósticos que en otras, pero en ninguna debió caer tan bruscamente ese importante renglón exportable cuando se compara con lo producido poco mas de 20 años atrás. Villa Clara deberá crecer según los estimados de 33 mil a 38 mil latas de la cosecha anterior a esta, pero hablamos de un volumen que no llega al  7 por ciento de lo que se llegó a producir en nuestras lomas. Las causas del declive son diversas, objetivas y subjetivas, con mayor o menor grado de responsabilidad de directivos nacionales, provinciales, municipales, empresariales, de las formas productivas y hasta de los propios productores. Para esta cosecha hay un reto sin precedentes, hay que recolectar el grano sin el apoyo decisivo de la encomiable fuerza estudiantil, como se había estado anunciando durante años y ahora se materializará. En una encuesta habría opiniones diferentes sobre el tema, pero lo cierto es, que en el nuevo escenario productivo, corresponde a cada productor agrícola asegurar la cosecha de lo que produce y los precios que se proponen pagar por cada lata, dejarían buen margen de ganancias para pagar la recolección del grano. La libra de café en la calle si no me atrevo a pronosticara a que precio se pondrá.  La empresa Jibacoa siembra este año 190 hectáreas, nuestra estación de café tiene un gran banco de germoplasma y pequeñas plantaciones que compiten con los mejores rendimientos del mundo. O sea, el problema no es que no se sepa lo que debe hacerse. Pero,  para avanzar al ritmo que necesitamos no pueden comenzar los enredos desde la campaña de viveros.  Sigo pensando en el café popular, en que  cada persona con un pedazo de tierra siembre al menos las diez o 12 matas que le aseguren el café del año.

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