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Polemizando

Defendiendo a Acopio

Defendiendo a Acopio

 

La vida te da sorpresas. Estoy viendo lo nunca visto y ni siquiera imaginado. Los consumidores defendiendo al tan vilipendiado Acopio, muchas veces cuestionado y no sin faltar razones durante años. Vecinos solicitando en las asambleas de rendición de cuenta que la llamada placita regrese de nuevo para Acopio porque la cooperativa no la abastece bien. Como Martí nos alertó que exagerar la verdad es debilitarla, pienso que hay que ir a la raíz del problema porque la política, bien trazada a mi juicio, es estimular el acercamiento del productor al consumidor. Evidentemente es superior nuestro noble sector campesino produciendo que comercializando o para decirlo con las palabras que considero más exactas, no ha estado lo suficientemente preparado para acometer la tarea de asumir centenares de puntos de venta. Se puso en sus manos un negocio redondo, pero las juntas directivas de las cooperativas como regla no han logrado implementar un sistema eficiente de compra de los productos a los campesinos. He visitado decenas de puntos y a pesar de que los precios no han sido inferiores como norma a los de los mercados estatales, la oferta deja mucho que desear. ¿Cómo se podría justificar que el punto de venta de una cooperativa que asocia a doscientos productores no tenga ni limón?. El último que visité vendía solo manitos de plátano burro a cinco pesos, con la balanza al lado sin usar y me dijeron que no tenía yuca porque había llovido mucho. Señor mío, si la carencia de humedad es lo que hace difícil cosecharla. En la decepción de algunos consumidores ha influido sin duda que la papa no se venda en esos puntos, lo que parece más una incongruencia subjetiva, porque pudiera establecerse el mecanismo para ofertarla también en ellos. No creo tampoco que la pobre diversificación sea la causa principal del desabastecimiento de los puntos de venta de las cooperativas. A memoria podría mencionar decenas de productos que existen allí en la finca de los campesinos, incluso exóticos. Pero hay que organizar el proceso. Con una volanta se entra a cualquier finca a recoger lo que demanda un punto. Pero cada productor debe saber que día, a que hora, y que cantidad de cada producto se le comprará. No es tarea imposible. Un buen ejemplo en cada municipio podría servir de bandera para multiplicarlo.

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