LO QUE LE ESCUCHE AL ACTUAL EMBAJADOR DE ECUADOR EN CUBA.

Que sorpresa me llevé cuando supe al leer sobre el libro recién publicado por el presidente ecuatoriano Rafael Correa que el embajador de ese hermano país en Cuba es Edgar Ponce, aquel dirigente sindical que acompañé en un recorrido por Santa Clara en el 2004, hace siete años. Creo que vale recordar mi reseña de aquella jornada. Escuché el verbo ágil de Edgar Ponce. Se trata de un dirigente sindical del sector eléctrico en Ecuador que vino a Santa Clara. Me pareció ver tras su rostro bonachón y piel de indio, que acompañaron sus vibrantes palabras a la América combativa que no renuncia a sus derechos, tras más de medio milenio de conquista. Pudiera hablar de su hermoso discurso improvisado, sus palabras solidarias con Cuba, a la que ve como concreción de sus sueños para el futuro de su patria y con los 5 héroes, prisioneros del imperio. Pero prefiero compartir su confesión sobre los motivos de su viaje a Cuba, para que no quede solo en conocimiento del grupo de trabajadores eléctricos, que lo escucharon en el pequeño teatro. Edgar Ponce, el líder sindical ecuatoriano amigo de Cuba, afrontaba problemas de salud. En la clínica en que fue atendido el dictamen médico resultó inquietante. Hacía falta hacer trasplante de esófago y la operación tenía un costo de 8 mil dólares. Imposible para un líder revolucionario como él, sin recursos financieros. Compañeros suyos del movimiento sindical contactaron con la dirección de la CTC. La Cuba hermana le tendió su brazo y Edgar Ponce llegó poco tiempo después en avión a la Habana. Nuestra ciencia médica del más alto nivel se puso a funcionar de inmediato. Llegó entonces la gran sorpresa. Tras el riguroso chequeo vino el diagnostico: Edgar Ponce no tenía absolutamente ningún problema de salud. Evidentemente quisieron apagarle su voz combativa, en defensa de los humildes de su patria. Siete años después, el compañero Edgar Ponce representa a su país como embajador en la Habana.