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Polemizando

AVANZA PERO CON TENSIONES LA COSECHA DE ARROZ EN VILLA CLARA

AVANZA PERO CON TENSIONES LA COSECHA DE ARROZ EN VILLA CLARA Entusiasma saber que Villa Clara se ha ido convirtiendo en una provincia arrocera y que esos campos de la zona norte vuelvan a sembrarse del cereal que tanta falta le hace al país y le ahorra importaciones. Las cifras hablan por si solas. Una provincia que apenas producía para el autoconsumo de los campesinos un tiempo atrás, este año se está proponiendo más de 22 mil toneladas en cáscara, o sea unas 10 mil toneladas, neto para consumo. Vi por televisión la entrevista con el jefe nacional del cultivo, la estrategia hasta el 2015 la explicó bien, la que no veo con mucha claridad es la de este año, al menos en Villa Clara. Es que en el arroz no se trata solo de sembrar, lleva un aseguramiento tecnológico aparejado para cosechar, secar y molinar el producto. Dentro de pocas semanas la tensión en la cosecha será enorme, porque las cosechadoras, no darán abasto, más con solo 15 activas de las 22 del sector campesino y ya no llegarán en agosto las piezas como se había informado sino en septiembre. No estoy tratando de pintar un cuadro tétrico, pero con estos truenos es más fácil ser triunfalista que optimista. Ahora se paga no haber sembrado arroz en noviembre y diciembre cuando faltó el combustible. Si la siembra no se escalona, nadie puede esperar cosecha escalonada. El país erogó una cifra considerable de divisas para comprar el combustible, fertilizantes, plaguicidas, y otros recursos que es lo más complejo. ¿Quién va admitir ahora que por la falta de integralidad y planificación, se corra la siembra, se afecten los rendimientos y se ponga en riesgo el cumplimiento de los planes productivos?. Después viene papá estado y sitúa el arroz en las bodegas tomando divisas que no estaban previstas. Pero de todas formas, se afecta el abastecimiento a la red de mercados y todos sabemos que la cuota normada no alcanza. Estamos hablando de un cultivo estratégico y de todos se demanda el mayor esfuerzo, consagración y disciplina, de los directivos y de los productores. Si el estado tuviera los recursos para preparar la tierra, cosechar todo el arroz y secarlo, no hubiera sino necesario entregar tierras para ese cultivo por el decreto 259. Los problemas subjetivos se pagan caro, los errores se pagan, o mejor dicho se deben pagar. Y evidentemente no todos los que intervienen en la cadena arrocera, han hecho lo suficiente para evitarle daños a nuestra economía.

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