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Polemizando

LA CARNE DE RES, LA PAPA Y EL LLAMADO BALANCE NACIONAL

LA CARNE DE RES, LA PAPA Y EL LLAMADO BALANCE NACIONAL

Una persona respetable con la implacable lógica de la gente común me preguntó por qué si nos acercamos en Villa Clara al record de 519 824 cabezas de ganado vacuno de 1976 con más de 490 mil actualmente, estamos tan lejos en el consumo de aquellos años.  Le respondí con la urgencia que demanda casi todo en la vida moderna, sin meditar mucho, y sabiendo que más que una explicación mi rostro expresaba un lamento       -“es que la carne de res es de balance nacional”. Trataré de explicar lo que ocurre. Villa Clara aportó en noviembre pasado más de 1500 toneladas, tanto como Camaguey, la provincia más  ganadera de Cuba. Pero de ellas más de seiscientas fueron planificadas para la capital: Si a ello se une los grandes volúmenes que consume el turismo, algo que no existía en 1976, no resulta difícil explicar por qué el crecimiento de la masa no deja huellas en el consumo. Soy de la opinión, que ahora que estamos mirando más de frente que nunca los problemas es hora de replantearnos lo que ocurre con los llamados balances nacionales. No resulta fácil entender que se acabara en agosto la papa en Villa Clara, la provincia de mejores resultados en el país mientras se continuó vendiendo en la capital, caldo de cultivo para los que la transportan hasta acá y venden el jarro en ocho o diez pesos. El país tiene que balancear lo que tiene, pero unido a ello, para que el municipio ocupe el lugar que le corresponde, debe palparse en el consumo, avances y retrocesos, hablemos de cerdo, carnero o carne de res. Es necesario a mi juicio establecer mecanismos que motiven a cada territorio a producir y los retrocesos deben tener consecuencias en el consumo. No digo que el ganado de Corralillo se consuma todo en Corralillo, para quienes osan tergiversar las palabras, digo que cuando en un municipio se produce más, se crece más, debieran aplicarse fórmulas estimulantes para que los crecimientos productivos no queden en cifras virtuales que al pueblo no dicen prácticamente nada, como ocurre hoy con la carne de res. Lo que afirmo está en total consonancia con la política del país de darle el verdadero valor al municipio, porque es allí, en esa estructura donde están los productores y los consumidores. Hace algunos años se llegaron a dar dos huevos percápita  en un municipio y 10 en Santa Clara, para no hablar de la Habana. No creo que debamos esperar mucho para superar diferencias actuales en el consumo, que nos conformamos con justificar a partir de lo que ha dado en llamarse balance nacional.

 

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