PARA CONSTRUIR UNA CUBA “DIEZ VECES MAS HERMOSA”

Como cualquier cubano he estudiado detenidamente el proyecto de lineamientos para la política económica y social del Partido y la Revolución. Es un magnífico instrumento, una guía que contiene los principios fundamentales para actualizar nuestro modelo económico. La mayor preocupación popular se relaciona con los precios. Algunos se han sometido a decir que regirá la oferta y la demanda. No es así. En primer lugar, todo el debate nacional que tiene lugar actualmente refrendará el concepto expresado por Raúl, de que al final decidirá el pueblo.  En esta materia el proyecto de lineamientos está muy claro: El sistema de precios deberá ser objeto de una revisión integral, “Se mantendrá el carácter centralizado de la determinación de las políticas y del nivel planificado de los precios de los productos y servicios que estatalmente interese regular y se establecerán los mecanismos que permitan flexibilizar la aprobación de otros  precios por las organizaciones empresariales para los que se emitirán las regulaciones que aseguren los intereses del país sobre los empresariales, sectoriales o territoriales, sin cubrir ineficiencias”.  No leo por ningún lugar que se aplicará la llamada ley de la oferta y la demanda para todo, una ley que no funciona hoy en ningún lugar, porque hasta a nivel internacional, rige hoy la economía especulativa como ha explicado Fidel. Conozco que los trabajadores y el pueblo en general están manifestando su criterio sobre la necesidad de establecer tarifas y precios topes en servicios y productos fundamentales. En pocas semanas se han multiplicado los vendedores de alimentos por cuenta propia y ni un solo precio ha disminuido. No hay cultura comercial, ni para vender media taza de café en 50 centavos, estás obligado a pagarla completa en un peso. Nadie quiere saber de menudo. Sobre el transporte otros colegas han profundizado. Pongamos un ejemplo sencillo. Donde funcione un solo baño, construido por el estado, si es a oferta y demanda, el necesitado con urgencia, tendría que pagar lo que pidan. Evidentemente no solo falta cultura comercial, faltan neuronas a quien no vea estas realidades. Afortunadamente nuestro pueblo tiene los mayores derechos democráticos del mundo para exponer sus criterios y diputados valientes y revolucionarios que debaten ahora mismo, sabiendo que nos estamos jugando el futuro de la patria. Nada podrá apartarnos del camino que nos conduzca a construir, parafraseando al héroe de los vietnamitas, una Cuba diez veces más hermosa.