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Polemizando

Raúl Castro no habló para los demás

Muy mal está quien piense que el compañero Raúl habló en el parlamento para los demás y que podemos resolver los problemas con arengas, consignas o nuevos llamados a la conciencia. Tome cada cual su pedacito, porque considero que nadie salió intacto de sus estremecedoras palabras, lanzadas como un aldabonazo, porque todos sabemos lo que nos jugamos.  Si no hacemos una disección  correcta de su discurso terminaremos como casi siempre con cándidos elogios sin aterrizarlo a las circunstancias que nos agobian cada día por no hacer las cosas bien. Es la hora del plan de acción al mismo tiempo concreto y abarcador sin perder un minuto. Si vemos globalmente los problemas planteados las soluciones nos parecerán un reto imposible. En mi concepto hay que agrupar las que solo haciendo cumplir la ley se vería el cambio de inmediato. Si Raúl habló por ejemplo de los que acaparan y revenden a precios altísimos, permitirlo es una falta de respeto y de vergüenza. Cuando se incumplen los horarios laborales los responsables son los cuadros que no quieren buscarse problemas y tienen nombres y apellidos, cuando una vivienda es ocupada ilegalmente no hay que esperar órdenes superiores para actuar, cuando sabemos que están talando y robando la madera y no actuamos con energía, la indolencia se convierte en complicidad. Sin dejar de actuar sobre los problemas que reclaman persuasión y el trabajo educativo de la escuela y la familia debemos saber diferenciarlos de las burdas violaciones, delitos e ilegalidades, que ocurren por falta de control, previsión y seguimiento, o incluso por blandenguería en el enfrentamiento.  Hay que crear un ambiente de orden y disciplina, de lo contrario ocurre por ejemplo que gracias al empeño de las autoridades se limpia una cuadra completa de la calle Real en Santa Clara convertida en depósito de escombros y a las pocas semanas está de nuevo igual. Evidentemente sería más eficaz ir para allí a discutir con los responsables concretos que reunir por ejemplo a todos los presidentes de CDR en un teatro y hablarles de lo bueno que estuvo el discurso de Raúl.  Pienso que estamos a tiempo todavía. Pero no podemos permitir, para usar las propias palabras de Raúl que se siga abusando de la nobleza de la revolución.

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