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Polemizando

Con la leche de los niños no se juega

Con la leche de los niños no se juega

 

Con la leche de los niños no se juega, dije hace varios años. Hay múltiples causas detrás de ese incumplimiento en más de 200 mil litros acumulado en Villa Clara. De que vale que la masa de ganado crezca si no se resuelve el desorden con el destino de la leche. Ranchuelo entregando 300 litros diarios con más de mil ganaderos, eso da medio vaso por productor. Es una vergüenza. La mitad de ese volumen lo entregaba él solo el difunto Esteller Rivero Díaz, conocido por “el viejo Maceda”, allí en San Juan de Los Yeras. Una vaquería de La Vitrina, la número cuatro, solo con acuartonar, asegurarles la comida a las vacas y chequear diariamente su proceso productivo ha dado un salto enorme y ya va por 420 litros diarios. En Remedios hicieron una auditoría y la entrega creció notablemente de febrero a marzo, cuando la sequía es mayor. Hay quien ordeña hoy a la 1 de la tarde, y tranca la vaca sin comida a las 4 en una corraleta. Al que debieran trancar es al que cometa ese abuso. La vaca de  Machito en Manicaragua daba un litro, la vendió a un campesino que tenía caña y kingrás y al mes daba como seis.  Hoy se exige con rigor la calidad, y si no da los parámetros de peso exigidos se paga a 35 centavos el litro. Lo que el guajiro no entiende es que se lleven la muestra y varios días después le digan que le faltaba peso, estaba aguada, que si la reductasa, la grasa, el copón divino, el no sabe nada de eso  y  solo dice que la sacó directa de la ubre y que otro puede haberle echado agua en la cadena. Al que haya perdido la vergüenza, hay que demostrárselo en su cara, sea quien sea, pero que no pague justo por pecador. Otros factores contribuyen al incumplimiento de la leche. Se desvía la producción, infinidad de puntos de venta por cuenta propia venden leche, yogurt, helados, mientras el país gasta divisas para comprar leche en polvo en el exterior y asegurar el alimento a los niños.  Una cooperativa del movimiento millonario ha estado varios días sin entregar un litro, o sea se violan los contratos. Cuando no existían termos se cumplía, ahora cada vez que uno se rompe, y hay como 18 rotos, se usa como justificación para no entregar la leche.  Ni termos, ni Norgold es lo que más le hace falta a nuestra ganadería. Lo que más reclama es prepararse para la sequía con comida y agua, controlar el destino de la producción, y analizar con integralidad los demás factores que contribuyen a poner en riesgo el acopio de un alimento sagrado, porque está destinado a los niños y a los enfermos.   

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