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Polemizando

Cautela no significa demora.

Cautela no significa demora.

 

Sobre el tema de la comercialización de productos agropecuarios todos tenemos criterios. Lo cierto es que se han entregado más de un millón hectáreas de tierra en el país, alrededor de cien mil de ellas en Villa Clara,  y hay oferta casi de todo en cada cuadra, pero los precios no reflejan el incremento productivo. Es que los productos llegan más al consumidor por manos intermediarias, aunque el lineamiento 183 aprobado por el sexto congreso del Partido incluyó la posibilidad de que el productor concurra al mercado con sus propios medios. Hay que profundizar.

No es el mercachifleo especulativo que convierte las calles en una vidriera expositiva, lo que resolverá definitivamente el problema. Debiera ser más conveniente producir, pero vender reporta más. Cada día concuerdo más con mis profesores de economía de la Universidad que me explicaron porqué era ciega la denominada ley de la oferta y la demanda. La vida se ha encargado por demás de probarlo. Un ejemplo muy sencillo, ahora hay centenares de carretilleros por las calles y los precios no son inferiores a cuando eran unos pocos. No creo que nadie deba asombrarse de donde sacan los productos porque no hay secretos. Claro  que los compran en los mercados, en las ferias, donde quiera, y a revenderlo todo mucho más caro. Los suministradores furtivos están bien organizados. La económica de una cooperativa me hablaba de que su junta directiva no puede ni pestañear porque a su comprador le convenía más vender la mercancía al contado a un carretillero que llevarla al punto de venta. Y no es mi intención focalizar la nueva figura del carretillero como único responsable del desorden en la comercialización. Pudiera  repetir que lo más importante es hacer una buena contratación y exigir su cumplimiento, pero hasta ahora esa afirmación no supera el plano lexical. Resulta más fácil decirlo que cumplirlo cuando hay tantas incongruencias que estimulan la anarquía en la comercialización de productos agropecuarios. Han pasado los tiempos de la experimentación continua y la vida demuestra con demasiada crudeza que nada sustituye el papel regulador del estado en la política de precios. No es posible esperar por los posibles manantiales de abundancia para que se regulen espontáneamente mientras la necesidad continua insatisfecha.  Cautela no es demora.

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