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Polemizando

QUEMADO DE GUINES SIEMPRE SE HA SABIDO LEVANTAR

QUEMADO DE GUINES SIEMPRE SE HA SABIDO LEVANTAR Quemado de Güines ocupó el primer lugar en la provincia más estable en la emulación moncadista. Tiene razones para festejar. Conocí la tierra del guajirigallo allá por el año 1980 cuando visité el hogar de Carlos Fundora, mi noble y brillante amigo quemadense desde el aula universitaria de Filología. Tuve la dicha de escuchar más de una vez a su ilustre hijo Enrique Núñez Rodríguez. El ejercicio de la profesión me llevó allí con gusto en varias ocasiones. Vi nacer entre dudas y esperanzas, transcritas incluso al papel de nuestro periódico Vanguardia en diciembre de 1989, aquel enorme plan de plátano de Lutgardita, pionero en Cuba del sistema de riego Microyet. Y aunque llegó a tener decenas de caballerías y rendimientos envidiables, se esperaba más. Soñé en aquellos años como cualquier periodista con entrevistar a Fidel debajo de los hermosos platanales y hasta en una de sus visitas a Villa Clara, ansioso por cumplir mi sueño pregunté indiscreto por el posible viaje…. pero no…. no pudo ser. Mas de una vez fui a visitar a Candito, por varios años el mayor aportador de leche en Villa Clara. Que bueno que ya son muchos los ganaderos extraordinarios, porque es la señal de que esa rama avanza. No olvido a Emilio, el guajiro agroecológico que hace maravillas con el control biológico y mantiene en su finca los animalitos, como las cotorritas, que evitan el daño a los cultivos. Como Quemado de Güines nunca estuvo ajeno a nuestra historia, también de la sangre de sus hijos brotaron mártires, desde los héroes de aquel 8 de abril del 58 hasta el joven Delfín, asesinado para que no siguiera enseñando a leer y escribir. Quemado ha sufrido también el daño de huracanes colosales, como aquel Michelle que arrasó Carahatas, pero siempre se ha vuelto a levantar. Como se recupera del estrago causado por el ciclón mayor, que hemos denominado período especial, feroz y despiadado, pero que ha servido de instrumento también para medir nuestra invencible fuerza. Y hoy tampoco habrá desgano en la batalla por hacer las rectificaciones necesarias y encaminar el rumbo hacia el sostenido avance socioeconómico, único modo de asegurar las conquistas que debemos defender como a la niña de nuestros ojos.

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