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Polemizando

HAY QUE RESCATAR EL TABACO EN LA REGION CENTRAL

HAY QUE RESCATAR EL TABACO EN LA REGION CENTRAL


Hace tiempo que un huracán no destruye las vegas de Pinar del Río, porque nos quedaríamos sin tabaco en el país. No exagero, en los años 80, se plantaba en la región central más de mil 200 caballerías y hoy menos de la mitad de esa superficie. Y todavía recuerdo haber leído de niño, sobre la excepcional calidad del tabaco del Hoyo de Manicaragua, famoso a nivel internacional.  La caída en Villa Clara es mucho mayor que en Sancti Spíritus y de muchos años, no de ahora, a lo que se une que aunque han crecido, todavía exhibe los peores rendimientos del país. No quiero pintar un cuadro tétrico, es que lo es. Y el tabaco hace daño a la salud pero genera divisas y por ahora hay que seguir produciéndolo y exportándolo. Una  reciente visita de supervisión nacional concluyó con gran optimismo que las vegas están muy buenas y es posible cumplir el plan. Quisiera creerlo pero con 28 caballerías dejadas de sembrar, no es tarea fácil. No es que los cuadros sean holgazanes, todo lo contrario, los conozco. Hay productores con el tabaco al sol o que le faltan cujes, pero en el último consejo empresarial de la agricultura cuando se mencionó el caso de un campesino de Ranchuelo, el director de la empresa respondió rápido: Se llama fulano de tal, yo estuve en su finca, le faltan 250 cujes y comienza el jueves a cortar. Pero en el tabaco hay que enderezar todo lo que anda torcido a todos los niveles. Hay que firmar los contratos a tiempo, como al fin se acaba de lograr, que el pesticida llegue al campesino antes que la vega se pique, que se aproveche todo el riego disponible y no falte el petróleo en el momento preciso. Que se le exija al productor que la tierra entregada para tabaco no es para pepino que da más dinero, que siembre lo que quiera después de cumplir con el cultivo fundamental. Que los aposentos se acaben de construir fuera  del pico de la campaña, lo que nadie ha logrado en más de dos décadas. Ahora se están poniendo multas a los que  no sembraron el tabaco. Soy testigo de la correcta indicación del delegado provincial de la agricultura cuando dijo: Sin extremismos,  a quien no lo sembró por razones injustificadas. Solo digo que me llama la atención que más de la mitad sean reclamadas. Hay que ser justos, porque existen muchos incumplidores en la cadena tabacalera que llevan multas mayores a mi juicio. Una multa injusta sería como la hiel, unida al amargor tradicional del tabaco, con un precio menos motivador que otros cultivos. Para recuperar la producción de ese renglón exportable, lo que da frutos es el buen trato por armas partes, que quiere decir dejar todas las cuentas claras en el contrato con los vegueros y que cumpla cada cual con lo que le corresponde.

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