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Polemizando

ES NECESARIO SUSTENTAR EL PLAN TURQUINO

ES NECESARIO SUSTENTAR EL PLAN TURQUINO


Tenemos que lograr que regresen los que han abandonado la montaña, afirmó en mi presencia un alto funcionario del país por los albores del denominado Plan Turquino, y le dije “con mucho respeto, pero más fácil será llevar gente nueva que lograr que regresen los que ya se fueron”.

A pesar de los esfuerzos por mejorar el nivel y calidad de la vida a la estratégica zona montañosa, no se ha logrado revertir la situación productiva y su base fundamental, el café, se acercó este año peligrosamente a cero. Y eso que en medio de la difícil situación económica del país se han mantenido hasta guaguas que van a una comunidad intrincada recaudando centavos y gastando pesos.

La historia se conoce, desde serios errores hasta el déficit de fertilizantes, que en las montañas, donde  la lluvia arrastra el suelo, se torna imprescindible. Pero allí es más importante que en cualquier otro lugar aplicar materia orgánica. Miremos adelante, la alternativa es producirlo.

 Desde antes de comprobar que este mes llegó el paquetico con atraso, ando en busca de 20 matas para sembrarlas en Venturilla, y cumplir mi parte en la transformación de la mentalidad de consumidores en productores. El café arábigo de la montaña por su aroma es de superior  calidad, pero en casi todos los suelos se puede cosechar el robusta.

Se han dado pasos en Villa Clara, pero hay que acelerarlos. No basta con cinco hectáreas por municipio. Hay que hacer viveros por todas partes, que a nadie se le ocurra tostar la semilla, que todo el mundo siembre, hasta aquellos que en su patio le caben diez matas. Y capacitar de verdad, allí en la cooperativa, en la finca. El cafeto no se da silvestre, es un cultivo exigente, que lleva regulación de sombra, deshije, poda, atención fitosanitaria, etc. Científicos y productores deben caminar juntos. El declive de la producción en el país es alarmante.

 

No se lleven por informaciones triunfalistas que hablan de cumplimientos de estimados y no comparan con años anteriores para convertir en agradables las malas noticias. Este año se acopió en Villa Clara el 5 por ciento de lo cosechado 21 años atrás. No puede haber café. Tierras para ese cultivo se empezaron a entregar antes del decreto 259 que debe intencionarse en las montañas, y el precio de compra se incrementó recientemente. Es necesario extender masivamente su siembra en el llano y readecuar el programa del Turquino en la montaña con un chequeo riguroso que ponga en primer plano, la base económica que lo sustenta. Recuperar la capacidad exportadora del país, que llegó a ocupar el primer lugar del mundo en el siglo XIX en ese renglón, es importante, pero por  ahora, bastaría con ahorrarle a la patria casi 50 millones de dólares, produciendo el que necesitamos, y que la invitación radial a degustar una taza de café al despertar, no se nos torne una ironía.    

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