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Polemizando

EL DINERO ES LA MANCHA DEL MUNDO

EL DINERO ES LA MANCHA DEL MUNDO

Admiro tanto la franqueza como repudio la demagogia y la hipocresía y por eso asumo  como un deber decir lo que se piensa aunque sonroje. De todas las reuniones a las que he asistido últimamente, en tres sectores, de los que mejores ingresos reciben por su labor, ha prevalecido el lenguaje de la queja. No los mencionaré para no herir a susceptibles, póngase el traje, quien se mire por dentro y se vea fotografiado en mis palabras. Las diferencias sociales por el desnivel de los ingresos sería menos preocupante, si no fuera por su incidencia directa en la mente de la gente lo que recuerda aquella frase martiana de que el dinero es la mancha del mundo. La estimulación en divisas fue una medida del estado para incentivar determinado sector, no a quien la merezca más. Por eso asombra el lenguaje del reclamo incesante de derechos en personas que además de sus salarios reciben 30, 40 y hasta más pesos convertibles mensuales. La elevación de la autoestima, perfectamente comprensible no debe confundirse con la vanidad y la arrogancia. Hay quien llega a cuestionarse, con esos ingresos porque no son priorizados sus hijos en la matrícula de los círculos infantiles. Pues muy fácil, porque las capacidades no alcanzan y es justo que la maestra o la enfermera tengan prioridad. Y hay quien se preocupa, con esos ingresos, por el rigor con que se exige la calidad. Pues si, el rigor debe extremarse, porque la estimulación no es salario, es adicional, y hay que cumplirlo todo estrictamente. Como es posible entender el reclamo de ropa y zapatos por alguien que ganó en el mes cerca de mil pesos y 50 pesos convertibles. Los trabajadores de comunales, con tan pocos recursos, no hablan ese lenguaje y cada día recogen de nuestras calles, los deshechos. Llego a una conclusión, a los trabajadores hay que atenderlos integralmente y de manera diferenciada. Y no puede descuidarse el trabajo ideológico, que es en primer lugar, nutrirlos de información sobre el momento que vive la patria.

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