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Polemizando

Contra el fraude eléctrico

Contra el fraude eléctrico

 

Toca a la prensa en tiempos como estos andar de prisa con ojos bien abiertos y oídos sin  cerumen para cumplir su rol en el enfrentamiento a los problemas subjetivos que hacen más difícil la vida. Y debe acompañarse además de la paciencia necesaria para discutir las incomprensiones. El nuestro es un pueblo con cultura política e informado,  y en el propio proceso de rendición de cuentas del delegado a sus electores muestra su madurez, porque nadie se pone a pedir lo que hoy el país no puede darle. Una anciana de Virginia ni siquiera habló de los problemas con el servicio de agua ni de las roturas frecuentes en la conductora Hanabanilla, ella lo que no entiende y pidió elevar su planteamiento es que el cobrador del agua se pase hasta tres meses sin venir  y se le junte el pago, insoportable para su menguada jubilación. Quema también el tema eléctrico. La llamada lectura ciega de los contadores el último mes ha sacado a la luz muchos problemas. El país no puede continuar permitiendo el robo descarado de la electricidad y no son pocos los consumidores que cometen fraudes y deberán encarar el peso de la ley. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, quien toma para si lo que no es suyo es un ladrón. Ahora con la lectura ciega han aparecido facturas hasta por miles de pesos. Lo más importante es la investigación de cada caso con integralidad y rigor. Porque también se ha descubierto el caso del lector que por no cumplir su obligación de visitar mensualmente cada hogar,  ha facturado a ojo de buen cubero acumulando el cliente centenares de kilo watts en el gasto energético. La viejita Nélida de la calle independencia me dijo que ella siempre está en la casa y nunca le tocan para medirle el gasto. El lector, con horario abierto y estimulación en divisas debe establecer las relaciones con el cliente que le garanticen la lectura mensual. Lo que si está claro es que nada justifica ningún tipo de fraude,  ni por parte de los consumidores, ni  de los lectores, ni de los que tienen la misión de velar por hacer cumplir lo establecido, sin dejar acumular los problemas que después traen pérdida de tiempo, reclamaciones, y malestar.

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