MUCHO SE ESTA RECTIFICANDO..LO QUE FALTE TAMBIEN LLEGARA.

Cambiar algunos conceptos, ideas preconcebidas, análisis, enfoques que no han dado resultados durante años, resulta imprescindible para salir adelante, porque no estamos hablando de sobrevivir, sino de desarrollarnos, en medio de un entorno internacional cada vez más complejo. En la rama agropecuaria nada de lo que se produce sobra, porque cuando algún producto parezca en demasía, hemos de fijarnos en el precio y pensar en las personas de bajos ingresos. Ni mentalidad de comerciante existe, es la verdad. Hace pocos días tuve que comprar en un punto de venta media jaba de ají Chay  porque era a 5 pesos la libra. ¡Como si me hiciera falta tanto ají!. O usted escucha: “No cumplí la siembra en marzo, pero me pongo al día en abril”, y  después viene el pico de cosecha, porque no hay escalonamiento. Se puede cumplir el plan de reforestación y hasta recibir diplomas, pero si la postura fue sembrada cuando la primavera va de pasada, no sobrevive a la sequía y se perdieron  recursos y esfuerzos. “Hay que escuchar al que más sabe”, bendita frase de Nicolás Guillén. Y le agrego: hay que ir a aprender con los mejores ejemplos y sustituir al que siempre hace el mismo cuento de la buena pipa,  y no acaba de tener resultados. También he visto en estos años a directivos “sabe lo todo” que van allí a la cooperativa a obligar a sembrar cuando no ha llovido, porque lo de ellos es cumplir el plan y que no los critiquen. Los campesinos producen con pocos insumos porque tienen sentido de pertenencia. Muchos aran con bueyes, sin ponerse a esperar por el combustible, y siembran, cuando saben que van a lograr producción. Y si se les pierde el tomate, lo vuelven a plantar. Cuando se pongan los brazos dispuestos a  cada pedazo de tierra improductiva, se generalicen las mejores experiencias, cuando se organice el proceso de recogida de la producción, desde los cuatro limones hasta la yuca, los recursos estén allí cerca de la base productiva y cada cual adquiera lo que desea y pueda, entonces solo visitaremos las fincas para disfrutarlas o promover alguna variedad nueva o adelanto científico. Habrá también menos burocracia, reuniones, planes, informes, inspecciones, supervisiones, contrataciones, ratificados, o visitas,  en las que se expone casi siempre lo mejor y se intenta esconder lo mal hecho. Mucho se está rectificando, lo que falte también llegará.