LOS RECURSOS PARA LOS QUE MAS APORTAN.

Los recursos e insumos hay que ponerlos donde se reviertan en más producción para el pueblo. Ese es un concepto básico que he escuchado reiteradamente como política oficial durante muchos años, pero la verdad es que no siempre se cumple. Hay quien dice que hay que defender las entidades estatales, pero eso no puede interpretarse como defender la ineficiencia y enterrar recursos. ¿Que hacemos con entregar petróleo a una UBPC ineficiente con gran cantidad de indirectos para llevar en una carreta a la gente a trabajar menos de 8 horas?. Hace poco tiempo se habló en serio de entregar litros de combustible por quintales y litros de leche entregados. “No hay que exagerar, opiné entonces, porque hay campesinos que producen tanto que estarían en condiciones de revender petróleo”. Si vienen 150 sistemas de riego de dos hectáreas para el frijol, por ejemplo, vale la pena tener en cuenta una buena entidad estatal, pero al campesino probado en el surco que se le entregue, es frijol seguro también. Llegué hace tiempo a una conclusión, los recursos e insumos deben entregarse a quien produzca y aporte más, sin esquemas preconcebidos, porque no se a quien le pudiera interesar al final como se llama el que acopió el boniato o la yuca del mercado. Conozco la existencia de decenas de sistemas de riego en la propia agricultura urbana sin uso, pero he visto en cambio a muchos campesinos regar con turbinas arcaicas y gastadoras, cuando aparece el combustible,  que uno ni se explica como pueden funcionar todavía. Eso se llama sentido de pertenencia.

Los campesinos aportan hoy  más del 70 por ciento de la producción agrícola con  menos de la mitad de la tierra. Si recibieran el 70 por ciento de los recursos e insumos, la producción se incrementaría a un ritmo vertiginoso. ¿Donde mejor se puede poner el petróleo,  que donde salva la hectárea de frijol atendida por brazos que no preguntan siquiera si es domingo?. ¿Será mejor situarlo en una entidad, que cuando se hace el balance del mes apenas ha preparado tierras, no ha sembrado nada, ha acopiado poco, y no ha chapeado potreros?. ¿Quien podría explicar en que lo gastó?. Y si quedan miles de litros en tarjetas, o productos en almacenes, donde no se reproducen, es peor, porque se convierte en caldo de cultivo para la ilegalidad que no es un problema resuelto ni mucho menos. Aquí es donde surgen los reyes magos, esos que quieren seguir con la vieja mentalidad de ir por los campos entregando recursos como salvadores. Esa mentalidad tiene que desaparecer, o mejor dicho, acabar de desaparecer de las estructuras de dirección a quienes no la cambian. No hay que inventar más estimulaciones, dos centavos por acá, 18 por allá, eso que llaman capacidad de compra, ideas en las que emplean el tiempo muchos burócratas. La solución no es seguir entregando recursos subsidiados por una canalita. Es que estos existan en cada lugar, a precios adecuados, ni regalados, ni abusivos, y que cada cual compre el abono, pesticida, ropa, zapatos, herbicida o los litros de petróleo que necesita, a partir de la capacidad adquisitiva ganada en su finca, sea estatal, cooperativa, en usufructo o privada. 

La actualización de nuestro modelo económico significa también, organizar todo el proceso productivo, aclarar todos los conceptos económicos, que los insumos y recursos se entreguen en base a lo que el país necesita que cada cual produzca, o sea paquete tecnológico, contra quintales o toneladas. Cuba es una sola y la mejor manera de defender el socialismo es produciendo más alimentos y demás renglones agropecuarios que satisfagan las necesidades del pueblo y le eviten importaciones al país. Muchas toneladas, no importa quien las produzca, lo grave es tener que traerlas desde miles de kilómetros a los altísimos precios de hoy, por no producirlas aquí, sabiendo que hablamos de una cuestión estratégica para la seguridad nacional.