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Polemizando

COMO HAN CAMBIADO LOS TIEMPOS EN EL CAMPO CUBANO, VENANCIO..

COMO HAN CAMBIADO LOS TIEMPOS EN EL CAMPO CUBANO, VENANCIO.. Como han cambiado los tiempos Venancio, podría decirle si viviera al noble anciano de Venturilla que llevaba ese nombre, en cuyo hogar se refugiaba mi familia, tras abandonar el endeble bohío en días de huracanes. A quien haya perdido la memoria quizás le resulte panfletario, lo que afirmaré, pero hay cifras que deben recordarse, ahora que la ANAP cumplió 50 años este 17 de mayo, día en que asesinaron a Niceto Pérez en 1946. Pero Fidel vengó su muerte exactamente 13 años después al firmar en La Plata la primera ley de reforma agraria. Según datos estadísticos de 1952, los grandes terratenientes disponían del 87 por ciento de las tierras cultivables del país y el 64 por ciento de los agricultores no eran dueños del área que trabajaban. El 80 por ciento de la población vivía en zonas rurales, las más empobrecidas y atrasadas, mas de 200 mil campesinos carecían de tierras y estaban sometidos a brutales formas de explotación, y más de 400 mil obreros agrícolas tenían solo trabajo durante 3 o 4 meses. El 63 por ciento de las viviendas del campo eran de yagua, guano y piso de tierra, más de la mitad carecían de servicio sanitario y muy pocos disfrutaban la electricidad. Faltaban médicos, escuelas, caminos y lo que más abundaba era la ignorancia. No era fortuito entonces el entusiasmo con que acogieron los campesinos a la revolución encabezada por Fidel y Raúl a quienes han acompañado siempre en todas las batallas. Todo empezó a cambiar para el campesinado aquel 17 de mayo del 59. Hoy esa clase sigue siendo noble y la vez, respetada, querida, educada, floreciente, agradecida y fiel. Anda el guajiro con la frente en alto orgulloso de su laboriosidad que lo ha convertido en puntal decisivo en la alimentación del pueblo. Sabe de la confianza depositada en él y recibe nuevas tierras en usufructo gratuito para producir más. Ya no tiene que vender su voto en aquellas elecciones para conseguir una cama del hospital para el hijo enfermo. Quien no haya perdido la memoria sabe que no miento. Tengo infinidad de anécdotas e imágenes en mi mente que confirman los datos expuestos. Venancio, como la mayoría de los campesinos, no era propietario ni de la vaca que daba leche para sus hijos una parte del año, y el dueño al final se quedaba con el añojo. Esos tiempos jamás podrían regresar, porque antes cada guataca se convertiría en fusil para defender el poder que los campesinos comparten por más de cinco décadas con los obreros cubanos.

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